Cuando el impulso de jugar se convierte en un hecho compulsivo y, además, conlleva infelicidad, es necesario que el afectado reciba ayuda de forma inmediata.
En España, la confraternidad internacional Jugadores Anónimos ofrece apoyo a hombres y mujeres que han decidido poner fin al caos en su vida y comenzar a tratar la ludopatía.
El deseo de dejar de jugar es el único requisito para iniciar el programa de recuperación que propone esta organización sin ánimo de lucro, con sedes en varias ciudades del país y la opción de participar en reuniones online.
Un camino de fortaleza y esperanza
Sobre una base donde se practica la bondad, la generosidad, la honestidad y la humildad al compartir experiencias, los miembros de Jugadores Anónimos encuentran fortaleza y esperanza para solucionar su adicción a las apuestas.
Para cumplir con el programa de rehabilitación, los participantes deben ingresar con mente abierta y corazón dispuesto a ayudar a personas con problemas similares, a quienes el juego les ha hecho perder familia, amigos, sueño, estabilidad emocional y, sobre todo, económica.
Los portavoces de la organización aclaran que “Jugadores Anónimos no está afiliado a ninguna organización; no desea intervenir en controversias y no respalda ni se opone a ninguna causa. Nuestro objetivo primordial es abandonar el juego y ayudar a otros jugadores compulsivos a conseguirlo”.
¿Cuáles son los pasos a tomar para la recuperación?
El primer paso para alcanzar la recuperación consiste en admitir que se es jugador compulsivo, es decir, que se ha perdido la capacidad de controlar el impulso de jugar. Por lo general, este proceso sucede después de vivir la desmoralización de creer que el problema se está superando y caer en una condición peor de adicción.
Seguidamente, se despierta en la persona la fe en que un poder superior al propio ser puede devolverla a una vida libre de la adicción. El tercer paso para tratar la ludopatía implica poner la propia vida al cuidado de este poder para liberarse del miedo y después realizar un inventario moral y financiero.
Una vez cumplidas estas cuatro fases, los participantes admiten ante ellos mismos, y ante otras personas en su misma situación, el origen de sus errores, y la disposición plena de trabajar en la erradicación de estas debilidades de carácter.
Además, se hace una lista de las personas perjudicadas, con el compromiso de reparar los daños causados, para iniciar la fase de hacer enmiendas directas a esas personas cuando sea posible. De esta manera, se continúa con la elaboración de un inventario personal de equivocaciones.
La oración y la meditación conforman el cimiento recuperación, cuyo acceso está disponible en la web, para llevar su mensaje a todos los jugadores compulsivos que sufren ante esta enfermedad progresiva y desean recuperar la normalidad en su vida.
